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13 abril 2007

Barudy dijo...

HASTA LUEGO IVAN Es imposible encontrar sentido a la muerte prematura de Iván Badilla, un amigo, un compañero, un hermano. Por suerte tenemos las emociones para no desbordar en el sinsentido, que es la antesala de la locura. Lo que me embarga es la tristeza por la perdida de alguien muy querido y que siempre respete por su honestidad, su bondad y su coherencia. Transformo mi pena en solidaridad y afecto con los hijos del Ivan, sus biológicos y sus sociales, con su compañera y los miembros de su familia. Mi rabia por la injusticia de sus sufrimientos y de su muerte, sólo la puedo mitigar con lo que me dejo en mi memoria, que quiero compartir para sumarla a la memoria de todos. El Iván siempre fue para mi un hombre bueno, que daba confianza. Admiré su compromiso, su ternura y amor por los niños y niñas que hacían parte del proyecto. El era la demostración misma que los hombres son también capaces de maternar, de una forma viril, pero amorosa. No supe nunca como era, cuando se enojaba, sus hijos e hijas biológicos y sociales pueden testimoniar de esto, para mi era una persona sin rabia. Aprecié los momentos de conversación en Alamar, en la que me hablaba de sus niños con bondad y empatía. Quizás era demasiado sensible y poco rabioso para sobrevivir a lo que toco vivir después cuando volvió a Chile. Recuerdo la vez que me hizo una entrevista para la revista Análisis y me corono con el título de brujo, su diploma tiene más valor que muchos otros que me han dado. No olvidaré nunca el respeto y el cariño con que se refiere a mi persona y mi trabajo. Nos vimos un par de veces en mis idas y venidas. Me quedo con el dolor porque no fueron suficientes y pido perdón a los suyos, por lo que pude hacer por él, cuando supe que estaba enfermo y no hice. El Iván era así un tipo sencillo, solidario, querible, que daba más de lo que pedía, eso no es una excusa, es reconocer unos atributos que se quedarán en mi memoria y espero en la memoria de todos. Su sensibilidad le permitió dar todo lo que dio, a los niños y niñas del proyecto, así como a sus compañeros y compañeras. Quizás esta misma sensibilidad y buenagentura no le permitió desarrollar los anticuerpos necesarios para aguantar la incoherencia humana y política de lo que le toco vivir en ese Chile transfigurado por el individualismo y la indecencia política. De aquellos que renegaron del sentido y el valor de la resistencia a la dictadura y los que negociaron, vendiendo las aspiraciones populares, para disfrutar de una parte de la torta del poder y del dinero que significa controlar el Estado. Nadie es inmune a los contextos sociales tóxicos, pero la buena, buena gente tiene a lo mejor menos defensas. Gracias amigo y compañero por haberme permitido conocerte y sentirte parte de esa tribu que se comprometió en un proyecto que para la gente buena como tú, tenía mucho sentido. Estas en mi memoria y me prometo conservarla viva, recordándote en mis conversaciones y en los ejemplos que doy de los HOMBRES con mayúscula que he tenido el honor y el privilegio de conocer. Hasta siempre Iván, seguirás vivo en mi memoria. Tu compañero "el Barudy".

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