entremedio...APORTADO POR TOÑO PINTO..18 años

18º CUMPLEAÑOS ; Amigos, quisiera compartir con Uds. un recuerdo personal muy preciado por mi y por nuestro amigo Iván, el azar hizo que ambos cumpliéramos año en días consecutivos, Banchi el 4 de Septiembre y yo el 5, al igual que el chico Bertolini, circunstancia que durante los años de Institutanos no pasaba de ser una anécdota. Pues bien, el año 1972 nuestro primer año de Universidad, ambos estudiábamos en Concepción y además compartíamos pieza en una céntrica pensión, entenderán que compartí muchos y ricos momentos con Iván, nos quedamos muchas veces hasta tarde conversando de lo humano y… lo humano con Banchi, de nuestras familias y la nostalgia de estar lejos de ellos, sobretodo por ser él, hijo único y salir ambos por primera vez de la casa. Así nos pilló la noche del 4 de Septiembre de ese año, ambos cumplíamos 18, entrábamos a la mayoría de edad, ciudadanos de tomo y lomo, primeros cumpleaños lejos de casa, solos… y decidimos celebrarnos en los 9 metros cuadrados de nuestra pieza. La gran ventaja de recordar una situación es la posibilidad de “adornarla” con detalles que la hagan más sabrosas, sin embargo, trataré de apegarme estrictamente a lo sucedido, mejor dicho a lo que 34 años después aún recuerde; mi amigo Banchi se ha ido, no hubo otros cumpleaños juntos y ya no los habrá pero con Iván más de una vez conversamos de esos 18 juntos. Cerca de las diez de la noche empezamos a celebrar el cumpleaños de Banchi con el compromiso de llegar a las doce y empezar con el mío las mismas dos horas, teníamos un poco de picadillo y un par de Cocas con una botella y media de pisco, la conversa se extendía al calor de la amistad, la lejanía y la compañía mutua, no recuerdo bien lo que hablamos, Iván tampoco se acordaba, lo que sí quedó grabado en ambos fue que cerca de las once veinte se nos había acabado el trago y como quedaba otro cumpleaños y estábamos bien los dos, decidimos ir al Nuria (restaurante-fuente de soda que estaba en pleno centro de Conce, distante tres cuadras de la pensión) a comprar otra botellita de pisco. Cuando se habla de “me agarró el aire” ambos pudimos dar fe de su veracidad, salimos bien de la pensión, alegres, chispeados y sin ningún efecto “raro” pero la noche penquista se encargó de voltearnos, veníamos de vuelta con nuestro trofeo y a dos cuadras de la pensión literalmente sonamos, el frío nos jugó chueco, cagados de la risa empezamos a caminar más lento, zigzagueando y abrazados subimos las escalas para llegar a nuestra pieza en el tercer piso. Llegamos antes de las doce, súper alegres nos volvimos a abrazar, brindamos de nuevo, pero las condiciones no eran las mismas, estábamos cocidos, no llegamos a las dos horas de celebración prometidas pero siguió siendo una celebración inolvidable para ambos. Con el correr de los años, los meses vividos juntos en la pensión en Conce, desde 1972 a Agosto 1973 cimentaron aún más la base de un cariño mutuo forjado en los ocho años del Instituto. Anécdotas pueden haber muchísimas pero haber celebrado nuestros 18 años fue siempre un gratísimo recuerdo para ambos y a la luz de lo que Iván significa para nuestro 4ºA 1971 para mí ha pasado a ser… un privilegio.